Todos conocemos al menos de oído lo que involucra un procedimiento de rejuvenecimiento a través de Botox: un inyectable que promete reducir las arrugas del rostro, para recuperar la juventud. ¿Pero sabemos en realidad cómo funciona esto?
Tu piel merece un rejuvenecimiento seguro y natural
El Botox es el nombre común de la toxina botulínica, una de las más poderosas neurotoxinas del planeta. El botulismo es en sí una condición que daña los nervios y que lleva a la parálisis de estos y de la zona en que se encuentra.
Justamente es esta parálisis la que utiliza el procedimiento para brindar una piel más suave y sin arrugas. La toxina inhibe la producción de acetilcolina en las uniones neuromusculares. Al ser inyectada, la toxina “relaja” los músculos del rostro (los paraliza), reduciendo la apariencia de las arrugas. Mal aplicado o usado en exceso, puede llevar al mal funcionamiento de algunos músculos del rostro, lo que comúnmente se llama “apariencia de muñeco”.
Si bien hay estudios a corto plazo que aseguran que el Botox es completamente confiable, no existen evidencias más sólidas para poder aventurarse a un diagnóstico, además de existir la pregunta común de: ¿en serio es paralizar el rostro la mejor y más segura forma de mejorar la apariencia del rostro?
Nada mejor que las soluciones más seguras y que, además, ofrecen resultados más naturales; especialmente cuando aún se tiene tiempo de prevenir el deterioro de la piel por culpa de la edad:
Usar protector solar: si se quiere evitar la aparición temprana de líneas finas y arrugas, la protección solar es un “must” ya que reduce el daño del sol a la piel, una de las principales causas del envejecimiento prematuro. Una excelente recomendación es Tizo AM Replenish, una fórmula que combina la protección solar maravillosa de Tizo con agentes antioxidantes que ayudan a combatir el foto daño, revirtiendo el envejecimiento.
Tomar agua diariamente: esto ayuda a mantener la piel hidratada, lo cuál la hará lucir más firme y saludable, además de que mejorará los procesos naturales de renovación celular.
Evita los daños extras: cuidarse es siempre necesario. El exceso de alcohol, azúcares y tabaco daña la piel desde adentro (y a veces desde afuera), debilitando la elastina y el colágeno.