La frase de siempre: “somos lo que comemos”. Una mala alimentación nos afecta de adentro hacia afuera y según la experta Nigma Talio, doctora neurópata y dermatóloga, la piel del rostro es el indicador más claro de que algo anda mal en tu consumo de alimentos.
Los alimentos en exceso son dañinos y, lo peor, se notan de inmediato en tu piel
Según su experiencia e investigaciones, ella divide los problemas de la piel derivados de la dieta, en 4 grupos principales: lácteos, gluten, azúcar y vino. Para cualquier duda que tengas, recuerda recurrir a tu médico especialista y obtener una guía profesional.
Lácteos
Es muy común que las personas vayamos perdiendo poco a poco nuestra capacidad para procesar los productos lácteos y que desarrollemos al menos un ligero grado de intolerancia con el tiempo. Esto causa inflamación y ojeras, bolsas en los ojos, manchas oscuras y pequeñas espinillas blancosas en el rostro, especialmente la barbilla. No sólo eso, el exceso de hormonas que a veces incluyen en los productos lácteos, puede interferir con las tuyas y propiciar la aparición de acné e imperfecciones.
¡Haz la prueba! Si tú o tu médico creen que este puede ser tu caso, deja los lácteos durante 3 semanas, si es así, tu rostro y complexión mejorarán considerablemente.
Gluten
El gluten es la combinación de algunas proteínas en el trigo y los granos, este ayuda a que el pan tenga una elasticidad adecuada. Sin embargo, la intolerancia o afectación del gluten es algo que se ha vuelto más común. Este puede afectarte hormonalmente y causar inflamación en el rostro, rosácea y palidez.
La forma más sencilla de combatirlo es reducir el consumo de este en tu dieta, sólo recurriendo a lo necesario y preferentemente con alto contenido en fibra. Recuerda consultar a tu especialista para revisar si tienes algún tipo de intolerancia al gluten.
Azúcar
El consumo excesivo de azúcares lleva a procesos inflamatorios del cuerpo, los cuales afectan y reducen la cantidad de colágeno. Otros indicadores son: bolsas en los ojos, líneas pronunciadas en la frente, espinillas, pústulas y complexión apagada o pálida.
Es saludable reducir el consumo de azúcares, especialmente de azúcares refinadas y alimentos procesados y optar mejor por endulzantes naturales como la miel.
Vino
No es sólo el vino, sino cualquier bebida alcohólica. El abuso de estos productos se manifiesta en líneas pronunciadas alrededor del ojo, rojez, arrugas en las mejillas, pliegues nasolabiales pronunciados y palidez en el rostro. El alcohol hace que los vasos sanguíneos se expandan, por lo que con el tiempo causan rosácea constante. Además, también puede dañar el hígado, lo que causa un tono amarillento en la piel.
El consejo para evitarlo es claro: modera tu consumo de alcohol o redúcelo drásticamente, verás las maravillas que hace por tu piel y tu salud.