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Moda | 23 JUL 2015
Las 4 mayores mentiras sobre los implantes mamarios


La elección personal de optar por una cirugía estética siempre viene con múltiples cuestionamientos de parte de todos a tu alrededor: ¿por qué lo haces? ¿Realmente lo necesitas? ¿Por qué eres tan vanidosa?

Las creencias populares que te desaniman a tomar tu decisión informada

Es importante entender que la cirugía estética (si bien ha ido en aumento) no es una moda. Optar por una cirugía de aumento no es algo que de pronto es chic y mañana pasó de moda, así que hay que quitárselos. No funciona de esa manera, especialmente si pensamos en todo lo que involucra: tiempo, dinero y energía de tu parte.


Muchas veces tu ya has analizado mucho tus opciones y crees que es lo mejor para ti, pero los demás lo siguen viendo como un capricho de tu parte. Las razones más comunes que nos dan para “desacreditar” nuestra decisión son las siguientes:

Identidad: “no necesitas un pecho grande para valorarte”
Es totalmente cierto, los implantes no te darán autoestima ni te harán más valiosa. El dinero que tú pagas por unos implantes es para adquirir dispositivos médicos de calidad, seguros y con garantías que te protejan. Sin embargo, aunque esté vivo aún este mito, la mayoría de las mujeres que optan por una cirugía de aumento es porque tienen la ambición de lucir su cuerpo tal y como ellas lo han deseado, no porque les falte amor propio, sino porque precisamente están buscando llegar a esa figura que resalte por fuera su belleza interna.


Es como elegir bajar de peso, no es necesario bajar de peso para ser valiosa o para estar feliz, pero cuando tú has decidido que ese es el cuerpo que quieres, entonces buscar conseguirlo habla de una persona independiente, no de alguien sin autoestima.

Biología: “los pechos te van a crecer”
El busto de una mujer comienza a desarrollarse desde la adolescencia y este proceso termina ya entrando en a adultez (alrededor de los 20 años). A partir de este punto, los pechos crecen (si llegan a hacerlo) muy poco, sólo el embarazo va a causar que los pechos de una mujer crezcan de forma acelerada, para preparar al cuerpo para la lactancia. Por ello, cuando una mujer adulta no está completamente satisfecha con su tamaño de busto, esperar que crezca más por sí mismo es un sueño inalcanzable a menos que se esté dispuesta a subir de peso y acumular más cantidad de grasa.

Durante el periodo de desarrollo del busto puede ser muy negativo buscar una cirugía y casi todos los médicos te aconsejarán esperar a que termine el desarrollo de tu busto para después considerar un aumento. Esto es protocolo médico que cualquier cirujano te va a compartir.

Peligro: “las cirugías no son seguras”
Toda cirugía en el cuerpo conlleva a riesgos, sin importar su naturaleza. Cuando no se tienen los cuidados adecuados (o nos exponemos con cirujanos sin el entrenamiento necesario) cualquier pequeña intervención puede salir mal. Pero así sucede con todo, si nos detenemos a buscar lo que deseamos sólo por la posibilidad de que “algo salga mal”, nunca llegaremos a ningún lado.

Las cirugías de aumento son intervenciones ambulatorias que duran cerca de dos horas en el quirófano. Estos son procedimientos sencillos y muy seguros, ya que la tecnología médica ha avanzado siempre en pro de la salud del paciente. Los implantes mamarios Eurosilicone y Nagor tienen importantes certificaciones de calidad que los avalan como seguros y su tasa de ruptura es de menos del 1% a nivel mundial. De cualquier forma, la clave para esta intervención es encontrar un cirujano con experiencia y certificación, el cual no sólo conocerá la mejor manera de abordar tu cirugía, sino que te dará los cuidados adecuados para prevenir cualquier complicación. Consulta nuestra base de datos de cirujanos certificados

Ambición: “el tamaño no lo es todo”
Hay que pensar seriamente a qué nos referimos con esta frase: si hablamos que el tamaño del busto no define ni da valor a la mujer, es completamente cierto; sin embargo, no podemos usarlo como un arma para desanimar a aquellas mujeres que sí desean un cambio en su cuerpo, no para valorarse, sino para sentirse más cómodas con ellas mismas.

Esta situación es como comprar una casa. Todos quisiéramos tener una casa grande, con jardín, muchas habitaciones, una alberca y demás lujos a los que nos hemos “acostumbrado” en la vida moderna. La realidad es que no se necesita, mientras tengas un techo que te cubra y servicios básicos para vivir, el resto está de más… y aún así, cuántos de nosotros nos esforzamos y trabajamos duro para conseguir nuestra casa de ensueño. Lo mismo sucede con las cirugías de aumento: no es cuestión de obtener autoestima mágicamente, sino de estar segura de lo que se desea y tomar el paso decisivo para alcanzar la mejor versión de una misma.

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